
reventé las ciruelas caídas del árbol, del ciruelo que despedía balazos de frutos maduros.
jugo como sangre en el suelo, felíz miro el sol pero el sol rompe en mí, y mi ser en lágrimas, riego con mi agua esa tierra, todos mis líquidos se desplazan, inundo, rebalso, abro sin querer los esfínteres de mi cuerpo y despido un mar tóxico, envenenado, sucio, negro, inválido.
contamino todo lo que tenia vida y me quiero ir, sin ver la sequía.
sufro, sufro hasta que me rio, carcajadas eléctricas se unen con los cables que cruzan encima de mi cabeza.
me electrocuto, y sigo, sigo reventando ciruelas, que creo sangre en el suelo, desperdicios, carozos...entierro toda la pureza que aparece.