14.2.07

puta antena

dias interminables de antenas desconectadas o irregulares que nada hacen por la pantalla de la televisión.
Me pongo en el sillón, finjo disfrutar los días, protejo ese sentimiento.
Parezco una muñeca tiesa, sentada, fijamente instalada.
No aprendí nada y aflora la culpa.
Soy consumista.
Veo la masa de vidrio agitado y pretendo hacer un collage sobre él pero mi imaginario descansa en un cajón, en un cajón cualquiera de cualquier lado.
No ocurre nada más que unas ramas meciéndose sobre un árbol de tronco delgado pero de copa frondosa.
Mi ferocidad descansa o está en algún lugar al que no llego, me obtura la antena plateada que acomodo unas 15 veces por día sin lograr la imagen clara y brillante que necesito ver. Los brazos terminan acalambrándose, entonces no puedo llamar por teléfono porque me desconcentran los números negros dentro de unos cuadraditos blancos. Son los botones por supuesto. Supongo que nadie querría escucharme, ni tengo nada para decir.
Las palabras son tensas en mí.
Por la ventana abierta entra una brisa fresca como una cereza.