19.3.07

llanto y opinión

Era eso, como una premisa. Estrellas y constelaciones.
No quería que se repita lo poco que había habitado en el campo.
Me movía o se mecían partes de mi cuerpo por el viento, o según lo mandaran mis pies
inquietos, nerviosos, incómodos por pequeños e infantiles.
Mi psiquis hoy a ese día no se parecía en nada, ni las experiencias vividas, ni el frío ni el calor en mi cuerpo eran los mismos.
No era la única ni pensaba serlo, sólo quería tener una opinión sobre mi imagen y que nadie me abandone. Aparecieron unos peces que yo misma dibujé con la idea de convertir toda mi angustia en algo teatral; aunque llorara podía decir lo que sentía, mi boca abierta, que se cerraba en un segundo y en un segundo se volvía a abrir...boqueando, sí, como un pescado retirado de su hábitat.
A pesar del dolor que sentía, tuve que ahogar a esos peces, los metí, por más que yo misma los hubiera dibujado, en un balde.
Y así empezó todo. Pero no era ese el canal por el cual iban a fluír las cosas retenidas en mi inconsciente (?).
La angustia se escondía en un lugar de mi cuerpo, y era inhallable.
Entonces vino un tratamiento, tratar, tratarme, ser por fin una mujer que viva sin complejos. Los problemas no se acaban nunca, aparecen, o vuelven, se renuevan, tendria que lidiar con ellos, como siempre, ser distinta o sentirme diferente a quien sea, amigos o familiares, e igual tratar de comprenderlos, sin querer.

El amor es hoy en mí un sostén que sé, no quiero se termine nunca, ni que se vaya, ni que me deje, ni que fracase, ni que se esfume como humo blanco o negro como unos espíritus que ve una amiga, que no se si existen, pero asi los describe.
Ella los vé.

Y yo se que cosas son las que puedo perder, no puedo inmolarme para no perderlas.
De verdad hoy las atesoro, no quiero morirme de amor.
Por eso lloro y opino a la vez, muy desequilibrada.
Me levanté con sed. Necesito agua.