Recibir llamados por la mañana me dá tristeza e incomodidad.
Si ya estoy levantada es porque estoy apurada, haciendo cosas, por salir. Pienso en que estoy agotada, y dejo que el teléfono suene. Si estoy aún acostada no me levanto.
El sonido del teléfono de casa es desgraciado, tanto como un timbre de escuela.
El aparato es prestado, pésimo y nunca hay mensajes de personas que llamen durante el día. Siempre suena cuando estoy.