7.4.08

tormenta

iba, estaba yendo, pero la tormenta fué sorpresiva.
una lluvia torrencial. horrible, deprimente.
Para no enfermarme esperé debajo de un techo de chapa, el agua por las canaletas a chorros. sentí un fuerte dolor de espaldas.
Las jugueterías se veían lindas y cálidas. Hubiera cruzado para entrar en una y quedarme ahí alojada, patética, recorriendo las góndolas, los muñecos y el plástico.
Me sentía traidora. Necesitaba amar y que me amen. Un sentimiento incontrolable de falta de amor.
El deseo desesperado de finalmente ser querida.
No entré a ninguna juguetería. Esperé que el agua se detenga, me quedé dormida en la calle mojada, me sentí enferma, vagabunda, sola.
se hizo de noche y no lloré.